La
lactancia materna es la
alimentación con leche del seno materno. La organización mundial de la salud
(OMS) y el fondo de naciones unidas para la infancia (UNICEF), señalan asimismo que la lactancia «es una
forma inigualable de facilitar el alimento ideal para el crecimiento y desarrollo
correcto de los niños.
Por
otra parte, la OMS y el Unicef recomiendan como imprescindible la lactancia
materna exclusiva durante los seis primeros meses del recién nacido. También
recomiendan seguir amamantando a partir de los seis meses, al mismo tiempo que
se va ofreciendo al bebé otros alimentos complementarios, hasta un mínimo de
dos años. La Academia Americana de Pediatría recomienda mantener la lactancia
al menos durante el primer año.
En
este mismo orden de ideas, se puede decir que la leche es un alimento completo que contiene
todas las sustancias nutritivas que el bebé necesita (más de 400), incluyendo
hormonas y componentes para combatir enfermedades que no se encuentran en las
leches artificiales, o formulas infantiles. Más increíble todavía es el hecho
de que su composición nutritiva cambia y se ajusta a las necesidades del niño a
medida que éste crece y se desarrolla. Aparte de los beneficios que la leche
materna ofrece en la formación del cerebro de tu bebé y en la lucha contra las
infecciones, la lactancia te ayuda a crear un vínculo muy fuerte y especial con
tu pequeño. Al amamantar, tu bebé también se "nutre" de tu cariño, el
contacto directo con tu piel, y la seguridad que siente en tus brazos.
Cómo empezar a amamantar
La
primera vez que tengas en brazos a tu bebé, aun en la sala de partos, ponlo
sobre tu pecho. Al principio tu cuerpo
producirá una leche especial llamada calostro,
que ayudará a proteger a tu bebé contra las infecciones. El estómago de tu
recién nacido es muy pequeñito así que no necesita mucha leche para llenarse. A
medida que su estómago crezca, tu producción de leche aumentará para satisfacer sus necesidades.
Coloca a tu bebé de manera que todo su cuerpo esté volteado hacia tu cuerpo,
trata de tocar su labio superior o la mejilla con el pezón, para estimular el
reflejo que le hace buscar el pezón con la boca Y cuando abra bien la boca,
aprovecha para acercarlo al pecho. Recuerda que su boca no sólo debe cubrir el
pezón, sino toda la areola (la parte oscura del pecho que rodea al pezón).
Procura permanecer tranquila, sobre todo si a tu recién nacido le cuesta
encontrar el pezón o mantenerlo en la boca. Amamantar es un arte que exige un
poco de paciencia y mucha práctica, y nadie espera que sepas hacerlo desde el
comienzo, o sea que no dudes en pedir a una enfermera que te ayude mientras
todavía estés en el hospital.
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Con qué frecuencia debes amamantar
Tendrás
que hacerlo muy a menudo, ya que cuanto más lo amamantes, más rápido empezarás
a producir leche madura y más cantidad tendrás. Amamantar, de 8 a 12 veces al
día es más o menos lo normal.
De acuerdo con las últimas recomendaciones de la Academia Estadounidense de Pediatría debes amamantar a tu recién nacido siempre que dé señales de tener hambre, ya sea mostrándose más alerta y activo, chupándose las manos, o buscando tu pecho con la boquita. El llanto es su último recurso para decirte que tiene hambre, o sea que lo ideal es empezar a alimentarlo antes de que empiece a llorar.
Durante los primeros días es probable que tengas que despertarlo para darle de mamar, y también es posible que se vuelva a dormir antes de terminar de comer. Para asegurarte de que esté comiendo lo suficiente, despiértalo para darle el pecho si han pasado más de tres (3) horas desde la última vez que lo amamantaste.
De acuerdo con las últimas recomendaciones de la Academia Estadounidense de Pediatría debes amamantar a tu recién nacido siempre que dé señales de tener hambre, ya sea mostrándose más alerta y activo, chupándose las manos, o buscando tu pecho con la boquita. El llanto es su último recurso para decirte que tiene hambre, o sea que lo ideal es empezar a alimentarlo antes de que empiece a llorar.
Durante los primeros días es probable que tengas que despertarlo para darle de mamar, y también es posible que se vuelva a dormir antes de terminar de comer. Para asegurarte de que esté comiendo lo suficiente, despiértalo para darle el pecho si han pasado más de tres (3) horas desde la última vez que lo amamantaste.
Qué debes comer
Mientras
estés amamantando lo único que necesitas es una
dieta saludable. Puedes producir leche aunque tu dieta no sea la
adecuada. Sin embargo, si sigues una dieta saludable, puedes tener la certeza
de que estás produciendo la leche necesaria
y que es de buena calidad. Además que te sentirás muy bien. Recuerda que
comer sano es importante para tu propia salud y no olvides que es importante
beber muchos líquidos durante el día para mantenerte hidratada. Para
recordártelo, tu cuerpo liberará la hormona oxitocina mientras amamantas, la
cual hará que aumente tu sed.
Muchas mamás sienten más hambre de lo normal cuando amamantan. Y eso es normal ya que tu cuerpo está trabajando laboriosamente para producir leche para tu bebé. Para controlar tu hambre y mantenerte con energía, es aconsejable que comas aperitivos o meriendas saludables entre las comidas. Como regla general, la mayoría de las madres que amamantan necesitan entre 200 a 500 calorías adicionales diarias y es muy aconsejable que limites el consumo de cafeína, y que evites los chocolates, las comidas picosas y otros alimentos que pueden irritar el sistema digestivo, ya que pasarán al bebé a través de tu leche y podrían causarle malestar, tampoco es recomendable que consumas alcohol mientras estás amamantando porque también pasará al bebé a través de tu leche.
Muchas mamás sienten más hambre de lo normal cuando amamantan. Y eso es normal ya que tu cuerpo está trabajando laboriosamente para producir leche para tu bebé. Para controlar tu hambre y mantenerte con energía, es aconsejable que comas aperitivos o meriendas saludables entre las comidas. Como regla general, la mayoría de las madres que amamantan necesitan entre 200 a 500 calorías adicionales diarias y es muy aconsejable que limites el consumo de cafeína, y que evites los chocolates, las comidas picosas y otros alimentos que pueden irritar el sistema digestivo, ya que pasarán al bebé a través de tu leche y podrían causarle malestar, tampoco es recomendable que consumas alcohol mientras estás amamantando porque también pasará al bebé a través de tu leche.
Incluye en tu dieta alimentos saludables
La
variedad y el equilibrio son factores claves para una dieta saludable, la cual
incluye una mezcla de carbohidratos, proteínas y grasas, que te hará sentirte satisfecha por más
tiempo y te proveerá de los nutrientes necesarios que tu cuerpo necesita. Por
ejemplo, los granos y cereales integrales y las frutas y los vegetales frescos
no sólo son más nutritivos que los alimentos procesados, sino que también son
importantes fuentes de energía; come pescado, pero ten cuidado con ciertos
tipos es importante consumir una variedad de fuentes de proteína cuando estás
amamantando, incluyendo el pescado. La Asociación Estadounidense del Corazón
recomienda el consumo de pescado para una dieta saludable. Algunos pescados
(particularmente los pescados de aguas frías) además contienen ácidos grasos de
la vitamina Omega-3, llamada DHA (ácido decosahexaenoico) y EPA (ácido
eicosapentaenoico), los cuales son importantes para el desarrollo del cerebro,
ojos y sistema nervioso de tu bebé durante su primer año de vida. Pero ten
presente que existen otros tipos de pescados que contienen contaminantes que
pueden dañar a las mujeres embarazadas, a las madres lactantes y a sus
pequeños. La Agencia de Protección Medioambiental de los Estados Unidos y el
Departamento Estadounidense de Agricultura, recomiendan no comer cuatro tipos
específicos de pescado que contienen altos niveles de mercurio: tiburón y pez
espada. El atún enlatado blanco, normalmente suele tener niveles de
contaminantes más altos que otros tipos de atún enlatado. Otros expertos
aconsejan evitar los filetes de atún (frescos y congelados), pez emperador,
caballa, marlín o aguja y mero porque estos peces están en el nivel más alto de
la cadena alimenticia y contienen los niveles más altos de mercurio.
Por
otra parte, abstente de tomar alcohol o, por lo menos, tómalo con precaución. Es
aconsejable no tomar alcohol durante la lactancia porque éste penetra en la
leche materna y puede dañar o irritar al bebé. Entre otros riesgos, el tomar
una sola bebida alcohólica puede inhibir la capacidad de tu cuerpo para
producir leche. Algunos estudios muestran que los bebés toman menos leche en
las siguientes cuatro horas, después de que la mamá se toma una bebida
alcohólica. Y además es posible que los bebés se sientan un poco mareados y se
duerman más rápido o bien, duerman por menos tiempo. También recuerda que si
tomas mucho no podrás cuidar adecuadamente de tu bebé. Si piensas disfrutar de
una bebida ocasional o si vas a tomar más de un trago, espera al menos dos
horas antes de amamantar a tu bebé para que el alcohol se disipe. Vigila los
sabores de lo que comes o bebes, la mayoría de las mamás que dan pecho pueden
comer una gran variedad de alimentos (incluyendo aquellos que son picantes), sin
ninguna queja por parte del bebé. De hecho, algunos expertos recomiendan que sea
bueno que los bebés prueben diferentes sabores a través de la leche materna. Al
disfrutar de tus platillos favoritos mientras amamantas, le estás dando a tu
bebé “una probadita” de lo que comes. Eso podría ser beneficioso, ya que es
probable que pruebe más tipos de comida una vez que comience a ingerir
alimentos sólidos.
Algunas comidas tienen sabores muy fuertes y pueden hacer que tu bebé tenga gases o esté irritable. Si tu bebé es sensible a algo que comes o bebes, te darás cuenta ya que se mostrará irritado tras las tomas, llorando sin parar o durmiendo muy poco. Aunque algunas madres juran que los platillos picantes sientan mal a sus bebés, lo mejor suele ser probar a ver qué ocurre ya que la irritabilidad producida por los alimentos difiere de un niño a otro. Si te das cuenta de que tu bebé no se irrita cuando comes un platillo con salsa picante, pollo al ajillo o unos vegetales con curry, no hay problema en que lo hagas. Una advertencia: algunos de los alimentos más problemáticos que pueden causar cólico son: el brócoli, la col, las coles de Bruselas y la leche de vaca. Aunque no es algo muy común, también puede ser que tu niño sea alérgico a algo que hayas comido. Si éste es tu caso, quizás se refleje por medio de una reacción en su piel (erupciones o urticaria), en su respiración (jadeante o congestionada) o en sus heces (verdes o viscosas).
Algunas comidas tienen sabores muy fuertes y pueden hacer que tu bebé tenga gases o esté irritable. Si tu bebé es sensible a algo que comes o bebes, te darás cuenta ya que se mostrará irritado tras las tomas, llorando sin parar o durmiendo muy poco. Aunque algunas madres juran que los platillos picantes sientan mal a sus bebés, lo mejor suele ser probar a ver qué ocurre ya que la irritabilidad producida por los alimentos difiere de un niño a otro. Si te das cuenta de que tu bebé no se irrita cuando comes un platillo con salsa picante, pollo al ajillo o unos vegetales con curry, no hay problema en que lo hagas. Una advertencia: algunos de los alimentos más problemáticos que pueden causar cólico son: el brócoli, la col, las coles de Bruselas y la leche de vaca. Aunque no es algo muy común, también puede ser que tu niño sea alérgico a algo que hayas comido. Si éste es tu caso, quizás se refleje por medio de una reacción en su piel (erupciones o urticaria), en su respiración (jadeante o congestionada) o en sus heces (verdes o viscosas).
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