Cuidados del paciente con enfermedad de Alzheimer
El
Alzheimer, es una enfermedad neurológica progresiva e irreversible que afecta
al cerebro produciendo la muerte de las neuronas. Es la causa más frecuente de
todas las demencias, produciendo un deterioro de todas las funciones
cognitivas.
Los síntomas iniciales más frecuentes son: pérdida de la memoria de cosas recientes (se le olvida lo que acaba de decir, lo que acaba de ocurrir, etc.), de la capacidad de concentración, del interés por las cosas; tendencia al aislamiento y a la desorientación. En una siguiente fase no puede entender instrucciones fáciles, se pierde en la calle, en casa; se vuelve irritable, se aísla; pueden aparecer problemas de comportamiento, como agresividad o gritos, puede esconder las cosas o acusar a los demás. Finalmente pueden aparecer problemas para comer por sí mismo o para reconocerse en el espejo. En la fase final el paciente se muestra incapaz de andar, tiene incontinencia de esfínteres y se va desconectando casi completamente del medio que le rodea, llevando una vida prácticamente vegetativa. Posteriormente es incapaz de tragar líquidos y sólidos por lo que suele necesitar una sonda para hidratarse y alimentarse. Actualmente no existe tratamiento, pero se pueden paliar los síntomas y mejorar el cuidado y la calidad de vida del enfermo y de la familia.
Los síntomas iniciales más frecuentes son: pérdida de la memoria de cosas recientes (se le olvida lo que acaba de decir, lo que acaba de ocurrir, etc.), de la capacidad de concentración, del interés por las cosas; tendencia al aislamiento y a la desorientación. En una siguiente fase no puede entender instrucciones fáciles, se pierde en la calle, en casa; se vuelve irritable, se aísla; pueden aparecer problemas de comportamiento, como agresividad o gritos, puede esconder las cosas o acusar a los demás. Finalmente pueden aparecer problemas para comer por sí mismo o para reconocerse en el espejo. En la fase final el paciente se muestra incapaz de andar, tiene incontinencia de esfínteres y se va desconectando casi completamente del medio que le rodea, llevando una vida prácticamente vegetativa. Posteriormente es incapaz de tragar líquidos y sólidos por lo que suele necesitar una sonda para hidratarse y alimentarse. Actualmente no existe tratamiento, pero se pueden paliar los síntomas y mejorar el cuidado y la calidad de vida del enfermo y de la familia.
El
cuidado de una persona que tiene la enfermedad de Alzheimer es una tarea
difícil y algunas veces puede volverse agobiante. Cada día trae nuevos desafíos
porque la persona encargada de proporcionar los cuidados tiene que enfrentarse
a los cambios en el nivel de capacidad y a los nuevos patrones de conducta de
la persona que tiene Alzheimer. Las investigaciones han demostrado que las personas
que proporcionan cuidados frecuentemente tienen ellas mismas mayor riesgo de
desarrollar depresión y otras enfermedades, sobre todo si no reciben apoyo
adecuado de la familia, los amigos y la comunidad. Una de las mayores
dificultades que enfrentan las personas dedicadas a estos cuidados es el
comportamiento difícil de las personas que están atendiendo. Las actividades
básicas de la vida diaria tales como bañarse, vestirse o comer, frecuentemente
se convierten en tareas difíciles de manejar, tanto para la persona que sufre
de Alzheimer como para quien la atiende. Establecer un plan para cumplir con
las actividades del día puede facilitar el trabajo de los encargados de cuidar
a una persona que tiene Alzheimer. Toda persona con Alzheimer es única y
responderá de manera diferente, y cada una cambia con el transcurso de la enfermedad. Se recomienda
que el cuidador haga lo mejor que pueda, y
de tome descansos durante el día. A continuación algunas
Recomendaciones:
1.- Enfrentando
el diagnóstico
Descubrir que un ser querido tiene la enfermedad de
Alzheimer puede ser algo estresante, doloroso y abrumador. A medida que usted empieza a
examinar la situación, las siguientes sugerencias le pueden ayudar:
Ø
Hágale al médico todas las preguntas que usted tenga
sobre la enfermedad de Alzheimer. Averigüe sobre los tratamientos que puedan
ser más efectivos para aliviar los síntomas y manejar los problemas de
conducta.
Ø
Póngase en contacto con organizaciones tales como la
Asociación de Alzheimer (Alzheimer Asociación) y el Centro de Educación y
Referencia Sobre la Enfermedad de Alzheimer (ADEAR, por sus siglas en inglés)
para obtener más información sobre la enfermedad, las opciones de tratamiento y
los recursos disponibles para la atención de las personas que sufren de
Alzheimer. Algunos grupos comunitarios pueden ofrecer clases que enseñan cómo
atender a la persona que tiene Alzheimer, cómo resolver problemas y cómo
adquirir habilidades administrativas para manejar la situación..
Ø
Busque un grupo de apoyo en el que usted pueda
compartir sus sentimientos y preocupaciones. Los miembros de los grupos de
apoyo a menudo tienen ideas útiles o conocen recursos prácticos basados en sus
propias experiencias. Los grupos de apoyo en el Internet permiten que las
personas que proporcionan cuidados reciban apoyo sin tener que salir de la
casa. La Asociación de Alzheimer y otras organizaciones patrocinan a grupos de
apoyo.
Ø
Analice su día de trabajo para determinar si puede
desarrollar una rutina que le permita cumplir sus labores diarias con menos
dificultades. Si hay momentos durante el día en que la persona que tiene
Alzheimer está menos confundida o coopera más fácilmente, planifique su rutina
para sacarle el mayor provecho posible a esos momentos. Recuerde que la manera
como la persona actúa puede cambiar de día a día, así que trate de ser flexible
y adapte su rutina de la forma que sea necesaria.
Ø
Considere la alternativa de utilizar centros para el
cuidado diario de adultos o servicios que ofrecen un descanso para aliviar el
peso de las demandas diarias de atender a una persona que tiene Alzheimer.
Estos servicios le permiten tomar un descanso, sabiendo mientras tanto que la
persona que sufre de Alzheimer está siendo bien cuidada.
Ø
Comience a hacer planes para el futuro. Éstos pueden
incluir poner en orden los documentos financieros y legales, investigar las
opciones de cuidado a largo plazo y determinar qué servicios están cubiertos
por el seguro médico.
2.- En relación
a la Comunicación
Tratar de comunicarse con una persona que tiene la
enfermedad de Alzheimer puede ser un reto. Entender y ser entendido puede ser
difícil.
Ø
Escoja palabras sencillas, frases cortas y utilice un
tono de voz amable y tranquilo.
Ø
Evite hablarle a la persona que sufre de Alzheimer
como si fuera un bebé o hablar de él o ella como si no estuviera presente.
Ø
Reduzca las distracciones y el ruido, como la televisión
o la radio, para ayudarle a la persona a concentrarse en lo que usted le está
diciendo.
Ø
Mire a la persona a los ojos y llámela por su nombre,
asegurando que tiene su atención antes de hablarle.
Ø
Permítale suficiente tiempo para responder. Tenga
cuidado de no interrumpirle.
Ø
Si la persona con Alzheimer está luchando por
encontrar una palabra o comunicar un pensamiento, trate amablemente de
proporcionarle la palabra que está buscando.
Ø
Trate de presentar las preguntas e instrucciones de
una manera positiva.
Ø
Preste atención a las preocupaciones de la persona,
aunque sea difícil entenderla.
3.- El Baño
A pesar de que para algunas personas con Alzheimer
bañarse no es un problema, para otras es una experiencia que produce confusión
y miedo. Planear por adelantado puede ayudar a que el momento del baño sea
mejor tanto para el paciente como para usted.
Ø
Planee el baño o la ducha para la hora del día en que
la persona está más tranquila y afable. Sea consistente y trate de desarrollar
una rutina.
Ø
Respete el hecho de que el baño produce miedo y es
incómodo para algunas personas con la enfermedad de Alzheimer. Sea amable y
respetuoso. Tenga paciencia y calma.
Ø
Dígale a la persona lo que usted va a hacerle, poco a
poco, y permítale hacer por sí misma todo lo que le sea posible.
Ø
Prepare todo de antemano. Antes de empezar, asegure
que tiene listo todo lo que necesita en el baño. Llene la tina de agua por
adelantado.
Ø
Tenga en cuenta la temperatura del baño. Si es
necesario, caliente el cuarto de antemano y mantenga cerca toallas extras y una
bata de baño. Pruebe la temperatura del agua antes de empezar el baño o la
ducha.
Ø
Reduzca los riesgos utilizando una ducha de mano, un
asiento para la ducha, barras para agarrarse y alfombras no resbaladizas para
la bañera. Nunca deje a la persona sola en el baño o en la ducha.
Ø
Trate un baño con esponja. Tal vez un baño no sea
necesario todos los días. Un baño con esponja puede ser efectivo para los días
en que el paciente no recibe una ducha o baño corriente.
4.- El vestuario
Para una persona que tiene Alzheimer, vestirse
representa una serie de retos: escoger qué ropa ponerse, quitarse y ponerse la
ropa, y dificultades con los botones y el zipper (cremallera). Reducir esos
retos puede facilitar la tarea.
- Trate que la persona se vista a la misma hora todos los días, para que eso se convierta en parte de la rutina diaria.
- Anime a la persona a que se vista sola hasta el grado que sea posible. Planee y permita suficiente tiempo para que no haya presión o prisas.
- Permítale escoger de una selección limitada de prendas. Si la persona tiene un conjunto de prendas favorito, considere comprarle varios juegos idénticos.
- Guarde algunas prendas en otro cuarto para reducir el número de opciones.
- Mantenga solamente uno o dos juegos de prendas en el ropero o tocador.
- Organice la ropa en el orden en que se la debe poner para ayudarle a la persona a seguir los pasos del proceso.
- Entréguele a la persona una prenda a la vez o dele instrucciones claras paso a paso si la persona necesita ayuda.
- Escoja ropa que sea cómoda, fácil de ponerse y quitarse, y fácil de mantener limpia y en buen estado.
5.- Cuidados en la alimentación
Comer puede ser un reto. Algunas personas con
Alzheimer quieren comer todo el tiempo, mientras que otras necesitan ser
alentadas para poder mantener una buena dieta.
Ø
Conciba las horas de comidas como oportunidades para
la persona que tiene Alzheimer de interactuar socialmente y desenvolverse bien.
Trate de tener paciencia y evite las prisas, y esté pendiente de las señales de
confusión y ansiedad.
Ø
Trate de establecer un ambiente silencioso, tranquilo
y sereno a las horas de comer, limitando el ruido y otras distracciones.
Ø
Mantenga rutinas familiares a las horas de comer, pero
adapte la situación de acuerdo a las necesidades cambiantes de la persona.
Ø
Dele a la persona opciones de comida, pero limite el
número de opciones. Trate de ofrecerle comidas apetitosas que tienen sabores
conocidos, texturas variadas y colores diferentes.
Ø
Sírvale porciones pequeñas o varias comidas pequeñas a
lo largo del día. Prepare y mantenga a mano bocadillos saludables, alimentos
que se pueden comer con las manos, y batidos. En las etapas tempranas de la
demencia, tenga en mente que es posible que la persona coma más de lo debido.
Ø
Escoja platos y utensilios que promuevan la
independencia. Si la persona tiene dificultad para utilizar los cubiertos, use
un plato hondo en vez de uno plano u ofrézcale cubiertos con mangos grandes o
extendidos. Utilice sorbetes (pitillos) o tazas con tapa para que la persona
pueda beber más fácilmente.
Ø
Anime a la persona a que tome muchos líquidos a lo
largo del día para evitar la deshidratación.
Ø
A medida que la enfermedad avanza, tenga en mente que
el riesgo de que la persona se atragante con algo aumenta debido a dificultades
al masticar y tragar.
Ø
Cumpla con el horario de revisiones dentales
rutinarias y cuide la salud oral diaria para mantener la boca y los dientes
saludables.
6.- Actividades
¿Qué hacer
durante todo el día? Encontrar actividades que las personas que sufren de
Alzheimer puedan hacer y les interese, puede ser un desafío. Usar las
habilidades que la persona posee actualmente generalmente funciona mejor que
tratar de enseñarle algo nuevo.
Ø No espere
demasiado de la persona. Las actividades sencillas a menudo son las mejores,
sobre todo cuando se usan las habilidades que la persona posee actualmente.
Ø Ayude a la
persona a empezar una actividad. Divida la actividad en pequeños pasos y elogie
a la persona por cada paso que complete.
Ø Esté
pendiente de señales de agitación o frustración en el curso de la actividad y
ayúdele amablemente o distráigala orientándola hacia algo diferente.
Ø Incorpore en
su rutina diaria las actividades que la persona parece disfrutar e intente
hacer las actividades a una hora similar cada día.
Ø Trate de
incluir a la persona con Alzheimer en el proceso total de la actividad. Por
ejemplo, a las horas de comida, anímela a ayudar en la preparación de la
comida, a poner la mesa, apartar las sillas o guardar los platos. Esto puede ayudar
a mantener las habilidades funcionales, realzar el sentido de control personal
y aprovechar eficazmente el tiempo disponible.
Ø Aproveche
los centros de servicios para el cuidado de adultos durante el día, los cuales
proporcionan varias actividades para la persona con la enfermedad de Alzheimer,
mientras que al mismo tiempo ofrecen a las personas encargadas de proporcionar
cuidados la oportunidad de obtener un alivio temporal de las tareas asociadas
con su labor. Estos centros frecuentemente proporcionan transporte y comidas.
7.- Ejercicios
Incorporar el ejercicio dentro de la rutina diaria
proporciona beneficios tanto a la persona que tiene Alzheimer como a quien la
atiende. No solamente puede mejorar la salud, sino que también puede
convertirse en una actividad constructiva que ustedes dos pueden compartir.
Ø
Piense en la clase de actividad física que ustedes dos
disfrutan, como caminar, nadar, jugar tenis, bailar o trabajar en el jardín.
Determine la hora del día y el lugar donde ese tipo de actividad funcionaría
mejor.
Ø
Sea realista con sus expectaciones. Comience despacio;
por ejemplo, tome un paseo corto alrededor del patio, antes de dar una vuelta
alrededor de la cuadra.
Ø
Esté pendiente de cualquier molestia o señales de
esfuerzo excesivo. Hable con el médico de la persona si esto sucede.
Ø
Permítale a la persona tener tanta independencia como
sea posible, aún si eso significa un jardín imperfecto o un juego de tenis sin
puntos marcados.
Ø
Identifique los tipos de programas de ejercicio
disponibles en su área. Es posible que los centros para personas mayores tengan
programas para aquellos que les gusta hacer ejercicio con otras personas. Los
centros comerciales de su localidad a menudo tienen grupos y/o club de caminar
y proporcionan un lugar para hacer ejercicio cuando hace mal tiempo.
Ø
Anime a la persona a realizar actividades físicas.
Pase tiempo afuera cuando el clima lo permita. El ejercicio frecuentemente
ayuda a todos a dormir mejor.
8.- La incontinencia urinaria y
fecal
A medida que la enfermedad avanza, muchas personas con
la enfermedad de Alzheimer empiezan a padecer de incontinencia, o sea, la
inhabilidad de controlar las funciones de la vejiga o de los intestinos. La
incontinencia puede ser angustiosa para la persona y difícil para quien la
cuida. Algunas veces la incontinencia se debe a una enfermedad física, de
manera que asegúrese de discutirlo con el médico de la persona.
Ø
Tenga una rutina para llevar a la persona al baño y
mantenga esa rutina tan rigurosamente como sea posible. Por ejemplo, lleve a la
persona al baño aproximadamente cada 3 horas durante el día. No espere a que la
persona se lo pida.
Ø
Esté atento a señales de que la persona tal vez tenga
que ir al baño, tales como inquietud o tirarse la ropa. Actúe rápidamente.
Ø
Sea comprensivo cuando ocurren accidentes. Conserve la
calma y tranquilice a la persona si está angustiada. Trate de notar cuándo
suceden estos accidentes para ayudar a planear maneras de evitarlos.
Ø
Para ayudar a prevenir los accidentes nocturnos,
limite ciertos tipos de líquidos en la noche, tales como aquellos que contienen
cafeína.
Ø
Si va a salir con la persona, planee con anticipación.
Averigüe dónde están localizados los baños y asegure que la persona se ponga
ropa sencilla y fácil de quitarse. Lleve un juego extra de ropa en caso de que
ocurra un accidente.
9.- El sueño
y descanso
La agotada persona que proporciona los cuidados espera
ansiosamente que sea la hora de dormir de la persona enferma. Sin embargo, para
las personas que sufren de Alzheimer la llegada del crepúsculo, cuando empieza
a anochecer, puede ser un momento difícil. Muchas de las personas con Alzheimer
se ponen inquietas, agitadas y malhumoradas alrededor de la hora de la cena.
Este fenómeno se conoce como el síndrome vespertino o el síndrome de
“sundowning”. Lograr que la persona se acueste y permanezca en la cama puede
requerir un poco de planificación previa.
Ø
Anime a la persona a hacer ejercicios durante el día y
limite las siestas que hace durante el día, pero asegúrese de que la persona
está descansando adecuadamente durante el día, ya que la fatiga puede aumentar
la probabilidad de la inquietud al atardecer.
Ø
Trate de programar a horas tempranas del día las
actividades que requieren esfuerzo físico. Por ejemplo, el baño puede ser
realizado en la mañana, o la comida mayor en familia puede ser servida a
mediodía.
Ø
Establezca un tono quieto y tranquilo en la noche para
alentar el sueño. Mantenga las luces bajas, elimine los ruidos fuertes, e
incluso ponga música relajante sí parece que la persona la disfruta.
Ø
Trate de establecer que la hora de acostarse sea más o
menos al mismo tiempo todas las noches. Desarrollar una rutina a la hora de
acostarse puede ayudar a lograr eso.
Ø
Limite el consumo de cafeína.
Ø
Si la oscuridad asusta o desorienta a la persona, use
lamparitas de noche en el dormitorio, en el pasillo y en el baño.
10.- Manejo
de las alucinaciones y delirios
A medida que la enfermedad avanza, las personas pueden
sufrir alucinaciones y/o delirios. Las alucinaciones ocurren cuando una persona
ve, oye, huele, saborea o percibe algo que no existe. Los delirios son creencias
falsas que la persona piensa que son ciertas.
Ø
A veces, las alucinaciones y los delirios son señales
de una enfermedad física. Tome nota de lo que la persona está experimentando y
discuta el problema con el médico.
Ø
Evite discutir con la persona sobre lo que ella ve u
oye. Trate de responder a los sentimientos que la persona está manifestando.
Confórtela si la persona tiene miedo.
Ø
Trate de distraer a la persona con otro tema o
actividad. A veces llevarla a otro cuarto o salir a caminar puede ayudar.
Ø
Apague la televisión cuando estén presentando
programas violentos o perturbadores. Puede ser que la persona con Alzheimer no
sea capaz de distinguir entre un programa de televisión y la realidad.
Ø
Asegure que la persona está segura y fuera de peligro
y que no tiene acceso a ningún objeto que podría usar para hacerle daño a
alguien.
Ø
Hable con el médico sobre cualquier enfermedad que la
persona haya tenido o sobre los medicamentos que está tomando. A veces, una
enfermedad o medicamento puede causar alucinaciones y delirios.
11.- La seguridad
Mantener la seguridad de la persona es uno de los
aspectos más importantes de su cuidado. Algunas personas que padecen de
Alzheimer tienden a deambular y salirse de sus casas o alejarse de quienes las
cuidan. Saber qué hacer para limitar esa conducta puede proteger a la persona y
evitar que se extravíe y pierda.
Ø
Asegúrese que la persona lleve consigo algún tipo de
identificación o que use una pulsera médica.
Ø
Considere si sería bueno inscribir a la persona en el
programa Retorno Seguro de la Asociación de Alzheimer, si el programa está
disponible en su área. Si la persona se pierde y no es capaz de comunicarse
adecuadamente, la identificación servirá para alertar a la gente sobre la
condición médica de la persona.
Ø
Notifique con anticipación a los vecinos y a las
autoridades locales que la persona tiene la tendencia de deambular.
Ø
Mantenga una fotografía reciente o un video de la
persona con Alzheimer para ayudar a la policía en caso de que la persona se
pierda.
Ø
Mantenga las puertas cerradas con llave. Considere la
opción de colocar una cerradura que se cierra con llave por dentro, o una cerradura
adicional colocada en una parte más alta o más baja de la puerta. Si la persona
puede abrir la cerradura porque le es familiar, una nueva cerradura puede
ayudar.
Ø
Instale un “sistema de anuncio” que suena cuando la
puerta se abre.
12.- La seguridad
en el hogar
Los encargados de proporcionar cuidados a las personas
que sufren de la enfermedad de Alzheimer frecuentemente tienen que evaluar sus
casas de diferente forma para identificar y corregir riesgos de seguridad.
Crear un ambiente seguro puede prevenir muchas situaciones peligrosas y
estresantes. El Centro de Educación y Referencia Sobre la Enfermedad de
Alzheimer (ADEAR) ofrece el folleto titulado Protección en el hogar para las personas con la enfermedad
de Alzheimer. Instale cerraduras de seguridad en todas las ventanas
y puertas exteriores, sobre todo si la persona tiene tendencia a deambular.
Quite las cerraduras de las puertas del baño para impedir que la persona se
encierre accidentalmente.
Ø
Use cerraduras con seguro, como los usados para la
protección de los niños, en los gabinetes de la cocina y en cualquier otra
parte donde se guarden productos de limpieza u otros productos químicos.
Ø
Póngale etiquetas a los medicamentos y guárdelos con
llave. También ponga los cuchillos, encendedores, fósforos y las armas de fuego
en un lugar seguro y fuera de alcance.
Ø
Mantenga la casa ordenada. Quite las alfombras de piso
sueltas y cualquier otra cosa que pueda contribuir a una caída.
Ø
Asegure que la iluminación sea buena tanto dentro como
fuera de la casa.
Ø
Esté pendiente de cuestiones relacionadas a la
seguridad en la cocina y encárguese de solucionar cualquier cosa que represente
un peligro, por ejemplo, que a la persona con Alzheimer se le olvide apagar la
estufa después de cocinar. Considere la instalación de un interruptor
automático en la estufa para prevenir quemaduras o incendios
Ø
Verifique que ha asegurado o guardado cualquier cosa
que pueda representar un peligro, tanto dentro como fuera de la casa.
13.- Manejando
vehículos
Decidir que una persona con Alzheimer ya no puede
manejar un vehículo de manera segura es algo difícil de hacer, y es necesario
comunicarle esa decisión con prudencia y sensibilidad. A pesar de que es posible
que la persona se sienta angustiada por la pérdida de independencia, la
seguridad debe ser la prioridad.
Ø
Esté alerta a las señales que indican que manejar un
vehículo de manera segura ya no es posible para la persona, inclusive señales
como perderse en lugares conocidos, manejar demasiado rápido o demasiado
despacio, ignorar las señales de tráfico, enfadarse o confundirse.
Ø
Sea sensible a los sentimientos de la persona sobre la
pérdida de la habilidad para manejar, pero sea firme al pedirle que no lo haga
más. Sea consistente: no permita que la persona maneje durante los “días
buenos” para luego prohibírselo en los “días malos”.
Ø
Pídale al médico que le ayude. La persona puede
percibir al médico como una autoridad y aceptar no volver a manejar. El médico
también puede contactar al Departamento de Vehículos Automotores y/o Transito y
solicitar que la persona sea examinada nuevamente.
Ø
Si es necesario, agarre usted las llaves del
automóvil. Si el simple hecho de tener llaves es importante para la persona,
sustitúyalas por un juego de llaves diferente.
Ø
Si todas las medidas fallan, desactive el automóvil o
estaciónelo en un lugar donde la persona no pueda verlo u obtener acceso a
éste.
Ø
Pídale a los familiares y amigos que lleven a la
persona donde sea necesario o averigüe sobre los servicios que ayudan a las
personas con discapacidades a transportarse en sus comunidades.
14.-
Consulta médica
Es importante que la persona que padece de Alzheimer
reciba atención médica regularmente. Planear con anticipación puede hacer que
la visita al consultorio del médico sea más fácil.
Ø
Trate de programar la cita para la hora del día en que
la persona se siente mejor. Además, pregúntele al personal del consultorio a
qué hora del día está menos ocupado el consultorio.
Ø
Informe con anticipación al personal del consultorio
que ésta persona puede sentirse confundida debido a la enfermedad de Alzheimer.
Pídales ayuda para lograr que la visita sea más fácil.
Ø
No le cuente a la persona sobre la cita sino hasta el
día de la visita o incluso hasta que ya casi sea la hora de partir. Hágalo de
manera positiva y como si fuera algo rutinario.
Ø
Lleve consigo algo de comer y de beber, y cualquier
material o actividad que la persona disfruta.
Ø
Invite a un amigo u otro miembro de la familia a que
lo acompañen a la consulta, para que así uno de ustedes pueda quedarse con la
persona mientras el otro habla con el médico.
Ø
Traiga a la cita un breve resumen que incluye el
historial médico de la persona, el nombre del médico de cabecera y los
medicamentos que la persona está tomando actualmente.
15.- Celebración
de días festivos
Los días festivos son agridulces para muchas de las
personas que proporcionan
cuidados a las personas que sufren de Alzheimer. Los
recuerdos felices del pasado
contrastan con las dificultades del presente, y
las demandas extras de tiempo y energía pueden parecer abrumadoras. Conseguir
un balance entre el descanso y la actividad puede servir de ayuda.
Ø
Mantenga o adapte las tradiciones familiares que son
importantes para usted. Incluya a la persona con Alzheimer tanto como sea
posible.
Ø
Reconozca que las cosas van a ser diferentes y sea
realista en cuanto a lo que usted puede hacer.
Ø
Anime a los amigos y a la familia a que los visiten.
Limite el número de personas en cada visita, y trate de programar las visitas
para la hora del día cuando la persona se siente mejor.
Ø
Evite las multitudes, los cambios en la rutina y los
lugares extraños que puedan causarle confusión o agitación a la persona.
Ø
Haga lo más que pueda para tratar de disfrutar. Trate
de encontrar tiempo para las cosas que a usted le gusta hacer en los días
festivos. Pídale a un amigo o a un miembro de la familia que acompañen un rato
a la persona enferma mientras usted sale.
Ø
Durante ocasiones en las que se congrega mucha gente,
por ejemplo en bodas o reuniones familiares, trate de que haya un espacio
disponible donde la persona pueda descansar, estar sola, o pasar un rato con un
grupo más pequeño de personas si es necesario.
16.- Visitas
a una persona que sufre de Alzheimer
Las visitas
son importantes para las personas que padecen de la enfermedad de Alzheimer.
Ellos no siempre pueden recordar quiénes son las personas que los visitan, pero
el contacto humano es valioso. Aquí hay algunas ideas para compartir con
alguien que esté planeando visitar a una persona que sufre de esta enfermedad.
Ø Planee la
visita para la hora del día en la que la persona que sufre de Alzheimer se
sienta mejor.
Ø Traiga
consigo algo que sirva para realizar algún tipo de actividad, como algo
conocido para leer o álbumes de fotografías que puedan ojear, pero esté listo
para descartar la actividad si es necesario.
Ø Manténgase
calmado. Evite usar un tono fuerte de voz o hablarle a la persona como si fuera
un niño.
Ø Respete el
espacio personal de la persona y no se le acerque demasiado.
Ø Procure
establecer contacto visual y llame a la persona por su nombre para conseguir su
atención.
Ø Recuérdele a
la persona quién es usted, si parece que no lo reconoce.
Ø No discuta
si la persona está confundida. Responda a los sentimientos que le están siendo
comunicados y, si es necesario, distraiga a la persona con un tema diferente.
Ø No se ofenda
si la persona no lo reconoce, se porta bruscamente o le responde de manera
enojada. La persona está reaccionando así porque está confundida.
17.- Escogiendo
un hogar de atención para personas mayores
A muchos de los encargados de proporcionar cuidados a
una persona que sufre de Alzheimer les llega un momento en el que ya no pueden
continuar cuidando a un ser querido en el hogar. Escoger un centro residencial
de cuidados, tal como un hogar donde se vive en grupo, un establecimiento de
vivienda con asistencia o un hogar de atención para adultos mayores, es una
decisión importante y puede ser difícil saber por dónde empezar.
Ø
Es útil recolectar información sobre los servicios y
las opciones antes de que la necesidad de usarlos se presente. Esto le dará
tiempo para explorar completamente todas las posibilidades antes de tomar una
decisión.
Ø
Determine qué establecimientos hay en su área. Los
médicos, amigos y parientes, los trabajadores sociales del hospital y las
organizaciones religiosas pueden ayudarle a identificar establecimientos
específicos.
Ø
Haga una lista de preguntas que le gustaría hacerle al
personal del centro. Piense sobre qué es importante para usted, por ejemplo,
los programas de actividades, el transporte o las unidades especiales para
personas que sufren de la enfermedad de Alzheimer.
Ø
Llame a los lugares que le interesen y haga una cita
para visitarlos. Hable con la administración, con el personal de enfermería y
con los residentes.
Ø
Observe cómo funciona el centro y cómo son tratados
los residentes. Trate de visitar nuevamente el establecimiento, pero sin aviso
previo, para ver si sus impresiones son las mismas.
Ø
Infórmese qué
tipos de programas y servicios se ofrecen para las personas que sufren de la
enfermedad de Alzheimer y sus familias. Pregunte sobre el entrenamiento del
personal en el cuidado de personas con demencia y cuál es la norma en cuanto a la participación
de la familia en la planificación del cuidado del paciente.
Ø
El traslado es un cambio importante tanto para la
persona con Alzheimer como para quien le proporciona los cuidados. Un
trabajador social puede ayudarle a planear el traslado y a adaptarse a éste. Es
importante tener apoyo durante esta difícil transición.
Cuidados básicos en la enfermedad de Alzheimer
(Video)
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